• La periodista Rosalba Ramírez contiende por la alcaldía en la zona de La Cañada, bajo una intensa campaña de amenazas y descalificaciones
• En febrero pasado asesinaron a su padre, Abraham Ramírez Rincón, que era su principal promotor
• En 2019, su tío Antonio fue acribillado por defender a la policía comunitaria, que había expulsado a una célula del crimen organizado
• “Confío en que no nos van a dejar solo”, dice a las autoridades
SNI
“Estamos en la mira”, dijo la candidata de MORENA a la alcaldía de Huamuxtitlán, Rosalba Ramírez García, poco antes de cerrar su campaña de proselitismo, en medio de amenazas por parte de grupos de interés, cuya participación en la contienda les resulta incòmoda.
En 2019, cuando se desató una campaña de exterminio en contra de las policías comunitarias en la Montaña de Guerrero, la violencia del crimen organizado alcanzó a la familia de Ramírez García, pero el trago más amargo lo pasó apenas en febrero pasado, cuando su padre, Abraham Ramírez Rincón fue asesinado a balazos, en una taquería del lugar.
Rosalba pasó casi dos décadas viajando de su natal Huamuxtitlán hacia la capital del estado, donde estudió la carrera en Ciencias de la Comunicación en la Universidad Autónoma de Guerrero (UAGro), para luego desempeñarse como reportera en diferentes medios de comunicación, particularmente en el semanario Interacción y el periodico El Sur.
Su trayectoria periodística se remonta por lo menos a 15 años, tiempo en el que tuvo la oportunidad de cubrir diferentes movimientos sociales, entre ellos las protestas del magisterio, del normalismo rural y los efectos provocados por diferentes fenómenos naturales.
Para muchos de sus compañeros se consolidó cuando le fue asignada la fuente parlamentaria, dando seguimiento a los trabajos del Poder Legislativo, lo que en diferentes momentos la llevó a ser poco grata para las fuerzas políticas que encabezaron la comisión de Gobierno.
Aunque en el centro de Guerrero consolidó una carrera profesional, Ramírez García, “Rox”, como la recuerdan sus compañeros de gremio, nunca se distanció de lo que pasaba en su tierra natal, situación que incluso la llevó a trasladarse para cubrir el surgimiento de la Policía Comunitaria de Huamuxtitlán, entre 2013 y 2014.
Es así como la familia de la hoy candidata fue golpeada por la violencia del crimen en 2019, cuando se desató lo que describe como una campaña de exterminio en contra de los integrantes de la policía comunitaria de dicha localidad.
El asesinato cometido en contra de su tio Antonio encendió las señales de alerta.
Llegado el momento, Rosalba tuvo que decidir entre seguir la ruta del desempeño profesional, o aceptar la invitación de quienes en Huamuxtitlán la consideraban como una pieza fundamental para devolver la tranquilidad a dicho municipio, cuya población no rebasa los 18 mil habitantes.
No fue sencillo, pasaron varios meses de análisis, de platicar con familiares y de revisar los posibles riesgos, que eran muchos.
El golpe más fuerte
El 7 de febrero, Rosalba Ramírez García se encontraba en Chilpancingo, gestionando la asignación de medidas de protección para ella y varios colaboradores, por la serie de amenazas que se habían intensificado, de cara a la definición de candidatos.
Esa noche fue avisada por una de sus hermanas, que su padre, el señor Abraham Ramirez Rincón había sido atacado en una taquería del centro de Huamuxtitlán.
De más de 60 años, Abraham fue levantado del lugar de la agresión y llevado al Hospital Básico para atenderlo de urgencia, sin embargo, murió poco antes de llegar.
Además de las amenazas, que tuvieron su origen en grupos de interés locales, Rosalba enfrentó la violencia política de género, impulsada por un funcionario del Gobierno estatal radicado en Tlapa, así coo de algunas mujeres que aspiraban a contender por la alcaldía.
“No le perdonaban ser joven, tener una profesión, una historia de vida exitosa y que la gente la viera como una posibilidad de cambio radical para el municipio”, señala uno de sus colaboradores.
Vía telefónica, este miércoles 29 de mayo, el último día de campaña, Rosalba declaró que las amenazas nunca dejaron de llegar a su teléfono celular, tampoco a los dispositvos de sus principales operadores.
Reconoció que hay miedo, pero también la convicción de que las cosas en Huamuxtitlán deben cambiar.
Confió en que las autoridades realizarán su trabajo, para garantizar que la jornada comicial del 2 de junio se desarrolle en un ambiente de tranquilidad.
No descarta la posibilidad de que los grupos de interés que existen en la zona intenten actuar, porque la campaña realizada logró despertar el interés de los Huamuxtecos.
Explicó que Huamuxtitlán se encuentra en una ruta carretera que es muy codiciada por la delincuencia organizada, ya que se ubica en el limíte de Guerrero y Puebla.
Se le pregunta por que ha decidido no claudicar: “Para Huamuxtitlán no había opciones, ahora estamos representando una opción ciudadana, diferente a lo que en el municipio se conocía, y nos da mucho ánimo y fé, el hecho de encontrar mucha simpatía en los ciudadanos”.