Mitoteros
De Frente
Miguel Ángel Mata Mata
EL MITOTE
En el idioma náhuatl, mitotl es una danza y mitotiqui es un danzante.
Podríamos decir que, a la presidente de México, Claudia Sheinabum Pardo, le hicieron un ritualista mitote allá, por Tlacoachistlahuaca, a donde fue a besar niños, a vestir huipiles, entregar créditos a la palabra a las artesanas amuzgas y… romper un corazón.
Le hicieron una rueda, las mujeres vestidas con sus vestidos de gaza y algodón. Le arrimaron el incienso y, con yerbas, y agua, limpiaron su espíritu para que se alejasen de ella las malas vibras… sobre todo una.
LA IMPORTANCIA
No es la primera vez que la presidente de México visita el estado de Guerrero. Como que le ha agarrado especial cariño. A lo mejor ha sido por los daños causados por los huracanes, que ella viene seguido a las tierras del sur.
Vino el 7 de enero. Luego el 12 de mayo. Apenas estuvo el pasado fin de semana. A lo mejor viene seguido porque ella vivió por aquí, por un tiempo, cuando el gobernador fue Alejandro Cervantes Delgado.
La especulación puede conjugar hechos objetivos y subjetivos. El caso es que el fin de semana, Claudia Sheinbaum le ha dedicado un buen tiempo presidencial, al puerto de Acapulco, y a una de las regiones mayormente hermosas del país, la de la Costa Chica.
Inauguró un hospital de alta especialidad del ISSSTE en Acapulco; hizo el primer viaje en lo que será el primer marina bus que llevará, y traerá, a turistas y residentes entre los puertos de Acapulco y Marqués; viajó a Xochistlahuaca, donde le organizaron una fiesta ritualística.
Es decir, le hicieron un mitote.
LOS MITOTEROS
Si bien mitote significa, en náhuatl, una fiesta ritual, entre los mexicanismos mayormente usados aparece como una reunión desordenada, fiestera, escandalosa que logra embriagar a toldos, hasta que éstos caen, de borrachos.
De ese tipo de mitotes escribió Francisco Cervantes de Salazar quien, en 1550 se trasladó a Nueva España, donde estudió en la Real y Pontificia Universidad de México y llegó a ser rector de dicha institución, así como canónigo de la Catedral de México:
«Entraban en estos bailes ó ximitotes muchos indios de diversas edades; emborrachábanse primero para, como ellos decían, cantar con más devoción; andan en rueda, de cuatro en cuatro, ó de seis en seis, y así se multiplican, según hay la cantidad de bailadores; tienen para entonarse, así en el cantar como en el bailar, dos instrumentos en medio de la rueda: uno, como atabal alto que llega casi á los pechos, y otro, como tamboril de palo, todo hueco, y en el medio sacadas dos astillas, una par de otra, del mismo gordor del palo; en axjuéllas toca un indio diestro con dos palos que tienen el golpe guarnescido con nervios; suenan más de una legua; júntanse á esta danza más de diez mili indios muchas veces; la manera de su cantar es triste; acorvan la cabeza, inclinan el cuerpo, llevan el brazo derecho levantado, con alguna insignia en la mano; parescen en la manera de bailar hombres que, de borrachos, se van cayendo.»
LOS MITOTES DE ACAPULCO
En el centro de la ciudad, un puñado de activistas armaron un mitote y protestaron porque, acusaron, lo que fueron los patios de maniobra de carga y descarga, donde trabajaron los viejos estibadores del puerto, construirán un jardín con ochenta por ciento de áreas verdes y “nosotros queremos que tenga el 90%”, dijeron.
Uno de ellos logró pasar a la efímera fama de las estúpidas redes sociales al arrojarse, como niño héroe, al agua y lograr que la presidente voltease a verle y le arrancó la promesa: “será del noventa por ciento la zona de áreas verdes”, prometió ella para arrancar el aplauso de unas dos decenas de activistas. Promesa cumplida.
LO QUE NO HAN VISTO
Lo que no vieron los activistas, ni lo denunciaron, es que una de ellas ha logrado, antes que los dieciocho locales que han sido puestos en renta por el gobierno federal, le otorguen la primera concesión para montar una cafetería.
Todo en fast track, o sea, rapidito rapidito.
Ni los trámites para obtener la licencia del municipio, que por lo regular tardan meses; o el de salubridad o el de protección civil, que se exige a todos los negocios, fue aplicado a la influyente activista que ya, desde antes que funcione el Marina Bus, ha logrado poner en funcionamiento su cafetería ahí, frente a las olas de la mar, donde aun no se instalan las áreas verdes por todos exigidas.
TAMPOCO HAN VISTO
Al estilo que relató Cervantes en el siglo dieciséis, fue que, mientras ellos exigían áreas verdes en un espacio que no rebasa una hectárea, la Secretaría de Hacienda ha despojado al puerto de poco más de doscientos mil metros cuadrados de áreas verdes.
La semana pasada se supo que más de 200 mil metros cuadrados del Club Deportivo de Acapulco o Centro Deportivo de Acapulco fueron destinados al Fondo Nacional de Fomento al Turismo (Fonatur), según ha sido publicado en el Diario Oficial de la Federación (DOF).
El DOF publicó un acuerdo de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) a través del Instituto de Administración y Avalúos de Bienes Nacionales por el que se destina Fonatur “el inmueble federal denominado Club Deportivo Acapulco o Centro Deportivo de Acapulco.
El predio cuenta con una extensión de 200 mil 664 metros cuadrados y es ubicado en la calle Ejido, Icacos, polígono “A” sin número y de código postal 38580 se lee en este acuerdo.
Quien firma el acuerdo es el presidente del Instituto que depende de la SHCP, Pablo Escalona Almeraya en donde explica que esa propiedad del inmueble federal “se acredita mediante escritura pública número 1566 de fecha 15 de mayo de 1945”.
Señalaron que en ese predio se “incluyen el campo de golf, canchas de tenis, canchas de badmington y la casa del club, con superficie de 27-54-44.00 hectáreas, la cual obra inscrita en el Registro Público de la Propiedad Federal bajo el folio real 26077/6 de fecha 23 de abril de 2010”.
Indicaron que Fonatur pidió ese inmueble federal “para utilizarlo como área pública para el desarrollo de actividades deportivas, turísticas y de esparcimiento, así como para su consolidación como unidad de negocio”.
Recordaron que el 22 de abril pasado se hizo constar la entrega física, jurídica, administrativa y provisional que realizó el Instituto de Administración y Avalúos de Bienes Nacionales a favor de Fonatur y que ahora se complementa con este acuerdo.
Advierten en el acuerdo que si Fonatur “diera al inmueble federal que se le destina un uso distinto al establecido por el presente Acuerdo, sin la previa autorización de la SHCP; o bien, lo dejare de utilizar o necesitar, dicho bien con todas sus mejoras y accesiones se retirará de su servicio para ser administrado directamente por este Instituto, de conformidad con lo dispuesto en el artículo 68 de la Ley General de Bienes Nacionales”.
LOS MITOTEROS.
Los mitoteros de Acapulco se echaron un clavado a la bahía para protestar por la reconstrucción de un jardín en los viejos patios de maniobra de los estibadores, pero, no han visto que una de sus activistas ha sacado raja, o tal vez cafetería, con el movimiento de esas dos decenas de manifestantes.
Los mitoteros de Costa Chica han armado tremendo mitotal, todo porque la presidente la ha roto el corazón al ex gobernador Ángel Aguirre Rivero, al rechazar un regalo que él le hubiese enviado con mucho corazón. Ni hablar.
Ella ha ofrecido sus razones: “Ni lo conozco”, ha dicho en una mañanera y eso habla bien de la señora Presidente. ¿Cómo, pues, van a creer que reciba regalos de un desconocido?
Mientras los mitoteros hace alboroto y se embriagan de alegría porque la presidente volteó a ver a un solitario nadador, nadie se ha percatado que el gobierno federal destinará, para uso de negocios, los doscientos mil metros cuadrados donde ha funcionado, desde 1945, el Club de Golf de Acapulco.
Y si la vista de los mitoteros se ha nublado ante ese hecho objetivo, menos podrán ver que los doscientos mil metros cuadrados que se ha adjudicado la Secretaría de Hacienda, incluye los terrenos donde se edificó el Centro de Convenciones y en donde la presidente inauguró la primera etapa de un hospital del ISSSTE.
NUBLADOS DE LA VISTA
Al principio todo era un gran vacío sin vida, pero un día dos dioses, Tepeu y Kukulkán, decidieron que era el momento de crear el mundo. Crearon así la tierra y el mar, dejando paso a la vegetación.
Luego crearon seres que debieran alabarlo, pero esos seres solo eran capaces de emitir sonidos ininteligibles. No servían y los mataron.
Luego hicieron seres de barro, pero no se tenían bien en pie, la lluvia los deshacía, no era capaz de reproducirse ni hablar, fue por tanto un intento frustrado.
Luego los hicieron de madera, pero estos seres no tenían memoria, no tenían alma y por tanto no eran capaces de recordar quienes habían sido sus creadores. Con un diluvio los destruyeron y los que sobrevivieron son los que hoy conocemos como monos.
Finalmente, con maíz rojo y blanco a los dioses, Tepeu y Kukulkán crearon la carne con el maíz blanco y la sangre con el maíz rojo y así, como último intento, surgieron cuatro hombres distintos.
Pero este nuevo ser tenía una inteligencia abrumadora. Lo conocía todo, lo observaba todo, lo entendía todo. La perfección de su criatura tampoco terminó por satisfacerlos, no podían permitir que existiera un ser tan sumamente inteligente, casi tanto como un dios, por este motivo decidieron nublar su vista para que no pudiera ver más allá de lo que tenía delante.
A este humo que cegaba a los hombres y no los dejaba ver más allá se le llamó Mitote.
POR ESO, POR ESO
Los mitoteros de Acapulco tienen la vista nublada. Han protestado por áreas verdes y han conseguido una cafetería.
Han protestado por un parquecito y han perdido doscientos mil metros de áreas verdes en el corazón del puerto.
Los mitotiqui han armado tremendo mitote. Se han embriagado de placer porque la presidente despreció un regaló de un ex gobernador, pero no han visto que Doña Claudia hace bien al no recibir regalos de desconocidos, pero, pero…
Le ha roto el corazón a Papa Layo.
Fallaste, corazón, no vuelvas a mitotear.
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