«Corrompí a policías, militares y políticos», declara ‘El Mayo’ Zambada en corte de NY
“El Mayo” Zambada reconoce corrupción y amenaza con revelaciones en carta enviada desde prisión
Nueva York/Washington. Ismael “El Mayo” Zambada García, uno de los líderes históricos del Cártel de Sinaloa, se declaró culpable este lunes en un tribunal federal de Brooklyn, Nueva York, de cargos relacionados con narcotráfico. En un testimonio leído ante el juez Brian Cogan, Zambada no solo aceptó su papel en el tráfico de drogas, sino que también reveló la magnitud de la corrupción y violencia que, según dijo, marcaron sus más de cinco décadas en la organización criminal.
Vestido con uniforme de reo azul marino y anaranjado, con barba y cabello blanco, Zambada declaró que desde 1969 inició en el cultivo de mariguana y que, entre 1980 y 2024, coordinó el tráfico de un millón y medio de kilogramos de cocaína, “la mayoría hacia Estados Unidos”, con ganancias de “cientos de millones de dólares al año”. Admitió haber mantenido “un gran número de hombres armados bajo mi control” y reconoció que la violencia del cártel provocó “muchas muertes, incluyendo de civiles inocentes”.
En un pasaje que sorprendió en la sala, Zambada aseguró que durante décadas fomentó “la corrupción en mi país de policías, mandos militares y políticos”, reconociendo que esas prácticas se mantuvieron mientras estuvo al frente de la organización. Finalmente, pidió perdón a las víctimas: “Reconozco el costo y daños humanos de mis acciones y pido perdón a quienes han sufrido por ellas”.
La declaración ocurre días después de que Zambada enviara una carta al cónsul de México en Nueva York, donde denunció haber sido trasladado ilegalmente a Estados Unidos mediante un “secuestro transfronterizo” y amenazó con revelar detalles comprometedores sobre la complicidad de autoridades mexicanas y estadounidenses en su captura y en la operación del narcotráfico. En ese escrito, el capo advirtió que hará públicas “las violaciones a la soberanía mexicana y los pactos secretos” que rodearon su entrega, al tiempo que exigió su repatriación y garantías de que no se le aplicará la pena de muerte.
El acuerdo judicial —cuyos detalles no se han hecho públicos— lo obliga a renunciar a un juicio, enfrentar posibles multas millonarias y la confiscación de bienes valuados en 15 mil millones de dólares. La sentencia está programada para el 13 de enero de 2026 y podría alcanzar la cadena perpetua. Analistas apuntan que la negociación abre la puerta a que Zambada coopere con fiscales estadounidenses, lo que genera especulación sobre nuevas revelaciones de alto impacto.
Mientras tanto, en México, la presidenta Claudia Sheinbaum aseguró que su gobierno “no tiene ninguna inquietud” por posibles declaraciones de Zambada en Estados Unidos, y sostuvo que cualquier acusación deberá ser respaldada con pruebas y procesada por la Fiscalía General de la República.
El caso, que ocurre en el mismo tribunal donde fueron juzgados Joaquín “El Chapo” Guzmán y el exsecretario de Seguridad Genaro García Luna, marca un nuevo capítulo en la historia judicial del narcotráfico: el ocaso de uno de los capos más legendarios, cuyas palabras —y amenazas de revelar secretos políticos— podrían convertirse en un testimonio clave para entender medio siglo de violencia, drogas y corrupción.
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