×

“Presea Sentimientos de la Nación: entre deudas y contradicciones”

“Presea Sentimientos de la Nación: entre deudas y contradicciones”

Líbana Nacif

El Congreso de Guerrero honra de manera póstuma a Ifigenia Martínez, una mujer histórica para la política mexicana.

Pero la pregunta es inevitable:

¿Por qué siempre se reconoce tarde?

¿Y por qué tan pocas mujeres han recibido este galardón en 28 años?

El Congreso de Guerrero decidió que la académica, política y diplomática mexicana Ifigenia Martínez recibirá este año de manera póstuma la Presea Sentimiéntos de la Nación. Un reconocimiento más que justo para una mujer que abrió caminos en la política mexicana, primera senadora de izquierda y figura clave en la construcción de un pensamiento progresista que marcó a varias generaciones.

La votación fue casi unánime: 39 votos a favor, apenas uno en contra. Pero no hay unanimidad posible cuando, entre las propuestas, también estaba el nombre de Patricia Guadalupe Ramírez Bazán, conocida como Paty Bazán, poeta y activista afrodescendiente que desde la Costa Chica ha llevado la voz y la causa de las mujeres negras a escenarios tan simbólicos dentro y fuera de México.

¿Se perdió la oportunidad de reconocer en vida a una luchadora social vigente? La historia de la Presea nos obliga a preguntarlo, pues el anuncio también nos recuerda las profundas contradicciones que arrastra el máximo galardón que entrega el Congreso guerrerense.

En sus 28 años, solo seis mujeres —incluida Ifigenia— han recibido el reconocimiento. Hortensia Bussi en 1999, Virginia Sendel en 2009, Alicia Bárcena en 2017, María Luisa Garfias en 2018, Benita Galeana en 2023. Y, aunque el listado incluye nombres notables, también está marcado por la polémica y la incongruencia.

Recordemos que en 2007, Elena Poniatowska declinó recibirla para no prestarse a los juegos políticos de un Congreso dividido y maniqueado por el gobernador Zeferino Torreblanca Galindo.

En 2021, cuando se entregó al jurista Raúl Eduardo López Betancourt, la avalancha de críticas no se hizo esperar, organizaciónes feministas y opositores de Morena, criticaron que su trayectoria estaba ligada a la defensa de Félix Salgado Macedonio frente a denuncias de violencia sexual. Más tarde el mismo Betancourt, ya con la presea en su poder, fue denunciado por violencia de género lo que avivó la inconformidad con su condecoración.

Para 2022, el Congreso pasó por alto propuestas como Muriel Salinas Díaz, referente nacional en defenza de los derechos políticos de las mujeres, o Martha Sánchez Néstor, defensora de los derechos de las mujeres indígenas. Ese año la presea fue para el actor Dagoberto Gama con todo y su fama de encarnar narcotraficantes en la pantalla grande.

Es cierto: Ifigenia Martínez merece el homenaje. Su nombre dignifica la lista y le devuelve altura simbólica a una presea tantas veces cuestionada. Pero el problema no es el reconocimiento en sí, sino lo que queda en el camino: las ausencias, las omisiones, los nombres que el Congreso ha preferido callar.

La Presea Sentimientos de la Nación no debería ser un escaparate para los consensos cómodos, ni una herramienta para lavar la cara de un poder legislativo que en ocasiones premia más por conveniencia que por justicia.

Hoy el Congreso honra a una mujer fallecida, pero, ¿cuándo honrará a las mujeres vivas que sostienen la lucha en Guerrero?

Share this content:

Publicar comentario