Comerciantes de la caseta de Palo Blanco denuncian destrucción de ocho locales, acusan a Capufe y Guardia Nacional
Pese a mesas de diálogo, ocho puestos fueron desmontados sin previo aviso
SNI
Comerciantes establecidos en las inmediaciones de la caseta de cobro de Palo Blanco de la Autopista del Sol, denunciaron la destrucción de ocho de 14 locales semifijos ubicados en ambos lados de la vía, a consecuencia de un operativo realizado por Caminos y Puentes Federales (Capufe), con apoyo de la Guardia Nacional y personal de seguridad privada.
Víctor Eduardo González Millán, uno de los comerciantes afectados, relató que la intervención ocurrió la madrugada del martes 17 de junio sin que se les notificara e manera oportuna.
De hecho, destacó que la intervención de las autoridades se desarrolló mientras sostenían pláticas con autoridades, en un intento de regularizar su situación.
El locatario reprochó: “Nos pidieron confianza, que no era necesario que protestáramos y aseguraron que todo se resolvería en mesas de trabajo, pero en la madrugada llegaron, nos rodearon y destruyeron lo poco que tenemos para mantener a nuestras familias”.
Explicó que en el operativo participaron representantes del área de Derecho de Vía de Capufe, identificando entre ellos a una funcionaria de nombre Alejandra Escalante, quien no atendió ninguno de los llamados a la calma.
González Millán explicó que no sólo desmontaron estructuras, también dejaron inservibles muchos de los puestos que los comerciantes habían levantado con recursos propios.
Dijo que Capufe justifica su actuación en el hecho de que los locales interfieren con obras de reconstrucción, además que la zona presenta riesgo por un supuesto deslizamiento del cerro.
Los comerciantes aseguran que esa situación no justifica el desalojo total ni la forma en que se ejecutó, además de que no se les ha comprobado que sea una situación real.
Como una muestra de buena voluntad, refirió que los locatarios quitaron seis locales y le apostaron al dialogo, pero aseguró que al final solamente se puso en marcha una estrategia de engaño para tomarlos por sorpresa.
Los comerciantes sostienen que llevan más de diez años trabajando en el sitio y que cuentan con permisos previos, por eso pidieron que se reconozcan los derechos adquiridos.
Aclararon: “No somos invasores ni tomamos casetas, somos gente que trabaja, y hoy nos trataron como si fuéramos criminales”.
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