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El Ángel que pone nervioso a Morena

El Ángel que pone nervioso a Morena

Andrés Aguirre Anica

En estos momentos resuena una frase que, en el año 1994, causó mucho furor entre los ciudadanos mexicanos: una frase dirigida a la división del partido en el poder. Esta frase, expresada por el expresidente de México —“no se hagan bolas”— fue un llamado a evitar la confusión y la división que causa la designación de un candidato.

Aunque en la actualidad los criterios emitidos por los partidos políticos establecen que ya no está permitida la designación por dedazo, es decir, la asignación directa por parte del Ejecutivo de México o por algún compadrazgo, por tal motivo se termina con esa práctica común en los años 90.

Esto en referencia al día de ayer, cuando la presidenta de la República, en su conferencia mañanera, expresó que para el 2027 se podrá consultar a la ciudadanía si se aplica el nepotismo. Es claro que la doctora Claudia Sheinbaum hace referencia a frenar la división política que atraviesa el partido Morena. Fue un llamado a serenarse y a entrar en razón, no un llamado a asegurar que los familiares de quienes hoy están en el poder puedan participar y así heredar el puesto.

Por otro lado, en la conferencia emitida por la presidenta nacional de Morena, Luisa María Alcalde, se expresó con un alto nivel de seguridad que la ley contra el nepotismo se aplicará sí o sí en el 2027. En las próximas elecciones no se llevará en la boleta de Morena a ningún familiar de quienes actualmente ostentan un cargo.

Guerrero es una de las entidades que en el 2027 cambiará presidentes municipales, diputados y, por supuesto, el cargo de gobernador; una entidad que en estos momentos se encuentra en un descontrol político.

Hoy en día, el partido Morena que ostenta el poder en el estado de Guerrero está en cautiverio por algunos grupos que se creen dueños de él y no permiten darle la oportunidad a personas civiles o simpatizantes del movimiento que han estado en otros vehículos democráticos.

Por ejemplo, sin dar un posicionamiento, el exgobernador de Guerrero, Ángel Aguirre Rivero, de querer formar parte de las filas de primer nivel de Morena, ha sido objeto de un juicio erróneo y de una campaña de golpeteo como nunca antes, sin darse cuenta de que el exgobernador fue de los pocos que le tendió la mano al fundador del partido Morena. Fue de los pocos personajes que motivó a seguir con el movimiento y lo demostró con hechos, cuando Morena atravesaba su peor momento, en el año 2011, donde nadie creía en su permanencia política. Ahí estuvo firme Ángel Aguirre Rivero con el expresidente de México, Andrés Manuel López Obrador quien es el principal testigo de lo antes mencionado . La pregunta del millón ¿Qué estarían haciendo por esos años, en beneficio de Morena, los seudogrupos políticos que actualmente lo tienen en cautiverio?

¿Por qué tanto nerviosismo en Morena? Solo escuchan el nombre de Ángel Aguirre Rivero y les da miedo. ¿A qué le temen? ¿A hacer buena política, que actualmente está olvidada en Guerrero? ¿A regresar a esa voz de lucha social? Porque si algo puede presumir el exgobernador es de hacer buena política y de buscar siempre el bienestar de Guerrero, con cargo o sin cargo político. No es por casualidad que la tercera raíz mexicana le diga “Papá Layo”.

Por tal motivo, si quisiera, Ángel Aguirre Rivero estaría en su derecho de reclamar su lugar. Está en todo su derecho de ser reconocido, por qué no decirlo, como uno de los impulsores del movimiento de Morena en Guerrero.

Pero no, su legado es tan grande que, hasta estos momentos, se ha mantenido al margen. No ha emitido algún comunicado porque entiende que el estado atraviesa un clímax político difícil y que una declaración de su parte podría cimbrar a Guerrero.

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