Fracción priista sin carácter y en deterioro
Enfoque
Carlos Díaz Figueroa
Por debajo de lo oscuro y con las mismas prácticas cuándo fueron mayoría en el congreso local, incluso, gobierno, la fracción priísta es un grupo parlamentario de trámite entre lo vulnerable a falta de criterio en la actual legislatura.
De vergüenza es la inconsistencia del trabajo en las endebles comisiones que representan al igual que la falta de carácter en el debate y solo utilizados para levantar la mano en el doble discurso de una fracción de oposición sin juicio.
Es el grupo parlamentario de la conmiseración de manera continúa de frente a los medios de comunicación, usando de forma malévola, la declaración en el doble sentir, mientras que en el centro de los acuerdos simulan y traicionan.
La beligerancia priísta es notable en el exterior y al interior del pleno en formas perversas, de lo que no hay congruencia en lo que según ellos entre la impotencia vociferan contra la transformación vigente de los gobiernos en turno de morena.
Y son los diputados del actual ejercicio legislativo a los que les gustan los reflectores como en el pasado donde eran intocables y que no pasaba nada por encima de aquel poder mundano lleno del privilegio para simular los rezagos de Guerrero.
El orgullo y la soberbia es el pago de la factura del deterioro y lo vulnerable de una fracción priísta muy lejos de perseverar en legislar y convertirse solo en un grupo parlamentario de trámite, sin expectativa de rumbo, es decir en descenso.
«O cambiamos o nos cambian» una tésis de fondo y adelantada de lo que en la actualidad es una evidencia en el PRI de unos cuantos y de los muy pocos que quedan no se hace uno, producto de la inestabilidad propia y de fondo.
De agachones y humillados es el «valor» a falta de respeto a ellos mismos, ausentes del entorno y presentes en el beneficio particular a los amigos, compadrazgo y familiares, solo por levantar la mano en su investidura de diputados
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