La guerrilla del ERPI enfrentó y sancionó conductas machistas en la Montaña de Guerrero, reconoce un ex integrante
• También se detectó y prohibió la venta de mujeres, asegura Efrén Cortés Chávez, sobreviviente de la masacre de El Charco
Interacción
El ex integrante del Ejército Revolucionario del Pueblo Insurgente (ERPI), Efrén Cortés Chávez reconoció que la guerrilla de la década de los 90s enfrentó y sancionó el problema del machismo, para permitir que las mujeres se sumaran a sus filas y con la intención frenar la venta de mujeres en las comunidades de mayor marginación.
En sus redes sociales, el sobreviviente de la masacre registrada en la comunidad de El Charco, municipio de Ayutla de los Libres, hizo una publicación en la que reconoció que la violencia hacia la mujer tenía efectos muy negativos en el movimento insurgente que se registró a finales del siglo XX.
“El patriarcado y su hijo el machismo también estan arraigados dentro de los movimientos revolucionarios y movimientos sociales, eso lo pude ver cuando estuve en la construcción del movimiento armado en la montaña de Guerrero, muchos compañeros ejercían violencia física y psicológica en contra de sus parejas e hijas”, anotó.
Sin embargo, destacó que no se actuó con pasividad ante lo que calificó como una práctica de dominación: “Empezamos a realizar una concientización de la necesidad de eliminar esa práctica, porque sería difícil que la revolución triunfará”.
Agregó que desde ese tiempo (1997) en muchos municipios de la Montaña se detectó que la venta de mujeres era una práctica cotidiana, por lo que se procedió a prohibirla en sus zonas de influencia.
Agregó: “Se sancionó a los hombres que ejercían violencia en contra de sus parejas e hijas”, lo que permitió que se fortaleciera la capacidad organizativa, pues muchas mujeres se incorporaron a la organización y comenzaron un proceso de formación política en la estructura política de la organización armada.
Aunque no lo menciona directamente en su publicación, Efrén Cortés formó parte del ERPI, grupo guerrillero que se consideró como una escisión del Ejército Popular Revolucionario (EPR).
La existencia del ERPI se dio a conocer tras la masacre de 11 indígenas mixtecos en la escuela Caritino Maldonado de la comunidad de El Charco, municipio de Ayutla de los Libres, en junio de 1997.
Permaneció en prisión durante casi tres años y tras recuperar su libertad se incorporó al movimiento social pacífico, a finales de 1999.
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