Vinculan a Adán Augusto López con red de robo de combustible en Tabasco, según informe militar confidencial
La Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) elaboró un informe de inteligencia que vincula al exsecretario de Gobernación, Adán Augusto López Hernández, con una presunta red de extracción ilegal de combustible en Tabasco, la cual habría operado a gran escala con un volumen estimado de hasta 150 mil litros diarios.
El documento fue generado por el Centro Regional de Fusión de Inteligencia (Cerfi) Sureste y, de acuerdo con comunicaciones internas del Ejército, fue el 22 de agosto de 2022 cuando se identificó un posible vínculo entre el actual coordinador de los senadores de Morena y un grupo criminal dedicado al llamado huachicol.
Durante una comparecencia reciente, el secretario de la Defensa Nacional, Ricardo Trevilla, indicó que en su momento no se informó al entonces presidente Andrés Manuel López Obrador sobre los presuntos vínculos de Hernán Bermúdez Requena —exsecretario de Seguridad Pública de Tabasco, nombrado por Adán Augusto durante su gestión como gobernador— debido a que la información aún no había sido procesada.
En el caso de López Hernández, no obstante, la Sedena sí abrió un expediente confidencial de más de 50 páginas, que contiene transcripciones de llamadas telefónicas, datos bancarios, redes familiares, domicilios y otra información personal de alto nivel de detalle. El nombre del exfuncionario federal aparece directamente mencionado, bajo el alias de “Tío”, en conversaciones sostenidas entre el líder huachicolero Gabriel Eduardo González Alejandro, alias Gabo, y otros miembros de la organización criminal.
El expediente, al que tuvo acceso el diario 24 HORAS a través de documentos filtrados por el grupo Guacamaya en 2022, fue clasificado como “Caso Olmeca” por la inteligencia militar.
Según el informe, el teléfono móvil de Gabriel Eduardo González Alejandro estaba intervenido por las autoridades. En una llamada interceptada el 22 de agosto de 2022, González refiere que mantiene comunicación con el entonces secretario de Gobernación, a quien identifica como un actor clave en una supuesta red de protección:
“Gabriel Eduardo González Alejandro explicó a Víctor —encargado de conseguir pipas— que seguiría trabajando con Alberto, alias Hammer, por sus contactos, e incluso mencionó que ya se habían comunicado con el exgobernador de Tabasco, Adán Augusto López Hernández, para informarle de los depósitos. Lo denominó como Tío, y señaló que el exgobernador manifestó estar a la orden, indicando que si eran detenidos por la Guardia Nacional, debían comunicarse directamente con el comandante de la SEIDO, al número que ya tenían.”
La Sedena logró identificar el modus operandi de esta organización, incluyendo la localización de tomas clandestinas en Tabasco y Veracruz, así como la identificación de predios vinculados a las actividades ilícitas. El reporte también detalla puntos de acopio del combustible robado en gasolineras y moteles, desde donde se legalizaba el producto con documentación apócrifa antes de ser trasladado hacia el norte del país.
El precio del combustible extraído ilegalmente variaba significativamente. Mientras un litro recién sustraído se cotizaba en tres pesos, una vez “legalizado” y transportado hasta ciudades como Monterrey, alcanzaba los 17 pesos por litro, siendo distribuido principalmente a empresas.
El informe concluye que esta red delictiva —presuntamente vinculada a Adán Augusto López— habría sido responsable del robo de hasta 150 mil litros de combustible por día.
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