Llama la diputada Mirna Guadalupe Coria Medina a combatir el estigma y defender la dignidad de las personas con Parkinson

Chilpancingo, Guerrero, 18 de noviembre de 2925.—
En una intervención profundamente humana desde la tribuna del Congreso local, la diputada perredista Mirna Guadalupe Coria Medina hizo un llamado a erradicar la burla, el morbo y la indiferencia hacia las personas que viven con Parkinson, reivindicando su derecho a participar plenamente en la vida social, laboral y pública del estado.

Con la voz estremecida, pero —como dijo— “no por debilidad, sino por resistencia”, la legisladora compartió la realidad cotidiana de quienes enfrentan esta enfermedad. Expresó que, además de los retos físicos como el temblor, la rigidez o la dificultad para hablar o moverse, las personas con Parkinson deben enfrentar la incomprensión y la estigmatización, así como la falta de oportunidades laborales en una sociedad que “prefiere mirar hacia otro lado”.

Recordó que en días recientes fue objeto de comentarios ofensivos en redes sociales debido a su condición, pero aseguró que “ni el Parkinson ni la desinformación” la detendrán en su labor legislativa. Subrayó que ella, como miles de mujeres y hombres en el país, puede trabajar, crear, cumplir con su deber y aportar beneficios a su comunidad.

Durante su mensaje, Coria Medina reflexionó sobre la manera en que muchas veces se trata a las personas con enfermedades desde la lástima o la curiosidad morbosa, reduciendo su identidad a un padecimiento. “La verdadera discapacidad no está en el cuerpo que tiembla, sino en la indiferencia que permanece inmóvil”, expresó, advirtiendo que el problema no está en las dolencias del cuerpo, sino en un entorno social que responde con burla, rechazo o indiferencia.

La diputada mencionó que la exclusión laboral y la discriminación siguen siendo obstáculos graves para quienes viven con Parkinson y otras enfermedades crónicas. Señaló que existen padecimientos como cáncer, Alzheimer, esclerosis, VIH, síndrome de Down, autismo o malformaciones congénitas que comparten la misma herida social: la falta de empatía.

Cuestionó si, al ver pasar a una persona con alguna dolencia, la sociedad reaccionaría con ayuda genuina o con la tentación de grabar un video para redes sociales. Invitó a asumir con honestidad esta reflexión y a transformar esa visión en acciones.

Coria Medina llamó al Congreso local a impulsar políticas públicas que garanticen atención integral y digna, acceso oportuno a medicamentos y terapias, campañas de información para combatir estigmas, capacitación de servidores públicos, orientación para medios de comunicación y una verdadera inclusión laboral sin discriminación.

Pidió hacer del Congreso “un lugar donde se transformen vidas, no solo donde se pronuncien discursos”. Recordó que hablar de Parkinson es hablar de padres, madres, hermanos, vecinos o colegas: personas con sueños, talento y derechos.

Al finalizar su intervención, la diputada dejó una frase que sintetiza la esencia de su mensaje: “La dignidad no tiembla ni se extingue; la dignidad se defiende”.