Próximas comparecencias a modo y a puerta cerrada en el congreso local: Carlos Díaz Figueroa

Enfoque

Todo parece indicar que en un protocolo de forma simultánea arribarán los secretarios del despacho del aparato del gobierno del estado a comparecer ante el pleno, aunque otros a puerta cerrada con las respectivas comisiones legislativas.

Y el formato es el mismo de cada año en la glosa del informe de la administración estatal, es decir comparecencias a modo y similar con el famoso instrumento de «acordeón», lejos de cuestionar de manera directa a los funcionarios del gabinete.

No habrá ninguna sorpresa en el contenido de los respectivos informes, solo cifras alegres, de lo que no se descartan pero tampoco serán balances para separar lo que aún está pendiente referente a temas de la mayor relevancia en Guerrero.

El formato no es más que de trámite (planchado), sin que haya interés en algunos diputados, más que confrontar al secretario, preguntar sobre el grado y sentido de responsabilidad en dirección al cumplimiento a sus áreas de gobierno.

De frente a los legisladores dará apertura en una primera etapa la pasarela en el pleno con la encargada de la secretaria General de Gobierno, finanzas, entre otros que entre la impotencia habrán de simular sus respectivos informes.

No obstante, se debe entender que tanto el protocolo como el formato es producto de lo endeble a falta de capacidad y oficio legislativo, quizá no de todos pero si de la improvisación al interior del seno del congreso del estado.

De tal forma, que las próximas comparecencias de los funcionarios del aparato del gobierno estatal estarán basadas a modo y simulación, sin que en las partes haya el menor ni el mayor interés por construir una gobernabilidad en ambos poderes.

Y hay que decir que no es responsabilidad del todo en la titular del Ejecutivo del Estado, es por la inconsistencia de funcionarios que no han logrado adoptar una política con amplia disponibilidad y espíritu del servir con la playera bien puesta de «Guerrero».

Aunque, por lo que corresponde a los diputados es la falta de oficio con los instrumentos legislativos en la elaboración de un formato responsable que permita edificar un nivel de gobernabilidad de verdadero cambio y de transformación en la entidad